Otorgar a la seguridad el lugar que le corresponde en la toma de decisiones

En la sostenibilidad de una empresa entran en juego varios factores: la calidad, el mercado, los plazos, la reglamentación y, por supuesto, la seguridad. Arbitrar entre estas cuestiones es un aspecto central de la actividad no solo de los gerentes, sino también de todos los actores de la organización. "Otorgar a la seguridad el lugar que le corresponde en la toma de decisiones" es el tercer principio de un liderazgo fuerte en seguridad.

¿Por qué es importante?

Una organización está sometida a numerosas exigencias y cada día surgen nuevos escenarios: un cliente que presiona sobre los plazos, un problema técnico, un mercado que se pierde, una disminución de la plantilla de personal... Cada día se plantea la misma pregunta: "¿Cuál es la amenaza más inmediata y crítica para la empresa, el riesgo financiero, el riesgo comercial, el riesgo de accidente?”. La respuesta nunca es la misma. Todos los días es necesario tomar decisiones y hacer concesiones respecto a los temas que no son prioritarios ese día.

"Otorgar a la seguridad el lugar que le corresponde" permite:

¿Cómo otorgar a la seguridad el lugar que le corresponde en la toma de decisiones?

Arbitrar significa "retroceder" en el nivel de exigencia respecto a las cuestiones que no son prioritarias ese día. En materia de seguridad esto no es fácil. El tema de los márgenes de seguridad entra entonces en la ecuación: ¿la organización ha establecido márgenes, dónde están, cómo funcionan en el terreno?

Ninguna persona toma deliberadamente una decisión contraria a la seguridad, porque nadie quiere degradarla intencionalmente. Pero cuando se toman decisiones sobre otras cuestiones, puede ocurrir que no se hayan evaluado bien las consecuencias en términos de seguridad y, por lo tanto, que no se hayan previsto. Por ejemplo, cuando se decide asignar menos personal a una tarea debido a la necesidad de reforzar otra actividad crítica, ¿se ha pensado en el impacto que puede tener en términos de seguridad, de competencias disponibles, de fatiga ?

Esos “retrocesos” deben organizarse de manera tal que la seguridad se mantenga en un nivel satisfactorio a pesar de que se hayan realizado concesiones. Se trata entonces de identificar contrapartidas, medidas compensatorias: del tipo: "Acepto retroceder si...". Estas medidas incluyen:

• ajustar el personal, los plazos, las cargas de trabajo o el plan de trabajo
• respetar absolutamente todas las reglas, reforzar la supervisión
• prestar especial atención a que los equipos tengan cierto nivel de experiencia y/o conocimientos
• disponer de equipamiento complementario
• reforzar los rituales de seguridad, los briefings y debriefings, las visitas de seguridad, etc.
• disponer de un sistema de alerta eficaz: transmisión de información, reporting, etc.

7 recomendaciones para arbitrar mejor

1. Estar preparado para tomar decisiones: reconocer la existencia y la necesidad de arbitrar como un principio del control de los riesgos
2. Explicitar la necesidad de arbitrar: enumerar abierta y claramente todas las cuestiones en juego, determinar la prioridad "del día", evaluar el impacto potencial en el nivel de exigencia respecto a los otros aspectos en juego,
3. Discriminar positivamente la seguridad: evaluar las posibles repercusiones de la decisión en la seguridad, identificar las compensaciones necesarias. Evitar ir más allá del "no-go".
4. Comunicar las decisiones: comunicar con transparencia a los mánager y a los equipos que deberán gestionar la situación teniendo en cuenta la decisión tomada.
5. Acompañar a los equipos: formar y ayudar a los managers y a los equipos implicados en la aplicación de las decisiones tomadas.
6. Hacer un seguimiento de las decisiones tomadas: tenerlas presentes, para no acumular concesiones en materia de seguridad durante un periodo demasiado largo
7. Volver a analizar “en frío” las decisiones tomadas: utilizar la experiencia adquirida para replantearse el proceso de toma de decisiones y arbitrar mejor en el futuro.

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